domingo, 31 de agosto de 2008

¡Que presente madre mía!

El equipo de Rodolfo Della Picca no levanta cabeza y sufrió una nueva goleada.
Y una vez más, se notó lo que en “Los Andes, Un Sentimiento Mil Rayitas”, venimos mencionando desde el comienzo del campeonato. El equipo realiza un muy buen primer tiempo y se le acaba el combustible en el segundo.
Con un esquema tradicional de doble cinco y dos puntas de área, el equipo que dispuso “Fito” formó con Luciano Díaz; Cristian Vega, Julio César Caldiero, Maximiliano Natalicchio, Mariano Sardi; Gonzalo Bustamante, Gustavo Arce, Marcos Brítez Ojeda, Jonathan Baldo; Juan Martín y Carlos Alberto Yaqué.
Por su parte, el entrenador de “La Gloria”, envió al terreno de juego a Laureano Tombolini; Eduardo Casais, Pablo Frontini, Facundo Torres, Tomás Charles; Ricardo Chavarri, Damián Toledo, Alejandro Faurlin, Jerónimo Neuman, Nicolás Croce y Diego Cardozo.
El primer tiempo comenzó en forma promisoria para el equipo mil rayitas, ya a los 7 minutos tubo un tiro libre ejecutado por Gonzalo Bustamante que se fue muy cerca. Y a los 15` tras una corrida por la banda derecha del ataque, remató Juan Martín a las manos de Laureano Tombolini. En esos momentos del partido todo era de Los Andes, Instituto no llegaba y tampoco manejaba la pelota. Sin ser apabullante, el equipo de “Fito” ejercía un dominio total de las acciones del juego.
Con ráfagas de muy buen juego, Los Andes intentaba entrarle a “La Gloria” mediante combinaciones de pases de primera, y en dos oportunidades logró poner mano a mano a sus hombres con un muy seguro Tombolini. La primera fue una combinación exquisita entre Arce, Bustamante y Martín, que terminó en un muy mal remate del “cordobés”. La segunda, luego de una secuencia de pases rápidos, Baldo pinchó el balón para que Yaqué, tras ganar con el cuerpo, rematara frente al arquero que volvió a ganar la pulseada.
Cuando parecía que el arco estaba sellado, y que iba a ser imposible vencer la resistencia del uno de “la gloria”, la cabeza de Juan Martín le dio el grito a todo Lomas a los 27´, tras un corner de Gonzalo Bustamante.
El primer tiempo se fue así, sin sobresaltos para Los Andes, y habiendo dejado una sensación de superioridad ante un pálido rival.
Vaya si habrá sido corta la alegría, que el segundo tiempo comenzó igual que la semana anterior frente a Belgrano. Cuando no había transcurrido ni un minuto de juego, Diego Cardozo tomó el balón por la franja izquierda del ataque, y dejó sin aire a Cristian Vega, quien se transformó en un espectador de lujo de quien sería la figura del equipo cordobés, y observó como este enviaba un centro preciso para que Morales Neumann rematara directo a la red.
Los fantasmas se hicieron presentes en el “Eduardo Gallardón”, había que recuperarse, barajar y dar de nuevo.
Pero al minuto del empate, el mismo Diego Cardozo, volvió a enloquecer a Vega, y afortunadamente esta vez el centro se fue pasado. Minutos después, como si se tratara de una repetición instantánea, otra vez el centro tras apilada y el cabezazo de Neumann murió en las manos de Luciano Díaz. El desconcierto era evidente, Los Andes había perdido la línea, el orden, las acciones y todo lo bueno que había realizado en los primeros 45 minutos del juego.
Pero esta vez, nuevamente tras un tiro de esquina, el mil rayitas encontró la ventaja. En esta oportunidad, quien dejó desairado a Tombolini a los 16´ fue Julio César Caldiero, quien gritó su gol de una manera emocionante.
La euforia duró menos de un minuto, casi nada. Todavía se festejaba en las tribunas y un nuevo centro, ¿cuándo no de Diego Cardozo?, agarró a toda la defensa de Los Andes a contra pierna, y fue el mismo Caldiero, quien en su regreso desesperado impulsó el balón contra la red que da a la calle Boedo. Fue el golpe de knock out a las resistencias anímicas del equipo.
Por el lado de Los Andes solo quedó tiempo para ver como Martín remataba en una clara jugada por sobre el travesaño.
Del lado de La Gloria, lo mejor estaba por venir, y a los 37´ Silvio Romero quedó mano a mano con Luciano Díaz, ganó el rebote y la empujó para gritar el tercero. Posteriormente, a los 40´ eludió la salida del guardameta mil rayitas y sentenció el 4 a 2 final.
Solo los memoriosos tendrán en cuenta estos primeros 45 minutos con buen juego, y el resto solo recordarán el abultado resultado en contra.
Lo cierto es que más allá de los matices que puedan encontrársele a esta derrota y de los pasajes de buen rendimiento, a los dirigidos por Rodolfo Della Picca le convirtieron 8 goles en 180 minutos.
Habrá que trabajar y mucho de cara a lo que se viene, y levantar la moral del equipo.

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