lunes, 15 de septiembre de 2008

Estamos mal… pero vamos bien.

Así es, ¿qué se puede decir de este campeonato que nos vuelve a encontrar en el Nacional B después de tanto tiempo? Se comenzó con el pie izquierdo, se igualó en el segundo partido contra All Boys, y después comenzó la maldición de los 45 minutos. Partidos en los que Los Andes hacía todo el gasto en el primer tiempo y se diluía cual arena entre los dedos durante el segundo. Nos comimos 4 contra Belgrano, perdimos 4 a 2 con Instituto de local, y perdimos muy dignamente contra Unión por 3 a 2 en Santa Fe.
Nadie puede negar que el equipo fue de menor a mayor en este duro comienzo de campeonato. No es excusa, pero también el hincha puede encontrar un aliciente en el desastroso nivel arbitral. Árbitros que se equivocan contra todos los equipos, pero que parecen potenciar sus facultades de yerro contra el “mil rayitas”.
En esta oportunidad, el rival era el Independiente Rivadavia del “Burrito” Ortega, el cuco del campeonato a priori, pero que llegaba con más dudas que certezas al encuentro contra el equipo de Rodolfo Della Picca. En cambio, Los Andes venía entonado por semejante levantada en el último encuentro contra Unión.
El partido fue muy favorable al “mil rayitas”, Marcos Britez Ojeda recuperaba todo lo que rodaba por el medio campo, y Gonzalo Bustamante armaba juego como supo hacerlo en los mejores momentos del reducido.
Con esos dos puntos altos, mas una desafortunadamente inusual seguridad defensiva, Los Andes se hizo fuerte y fue en búsqueda de la apertura del marcador. Yaqué y Martín se movían dentro del área y se alternaban a la hora de salir del área para no ir ambos sobre la misma pelota.
Creando espacios y generando fútbol, se llegó a una de las mejores posibilidades en el encuentro. Tras una corrida y centro de Darío Ruiz, Juan Martín marcó el 1 a 0, pero el línea interpretó que el balón había salido del terreno de juego antes de que Ruiz lanzara el centro. Error grosero que cambió sin lugar a dudas lo que pudo ser el desarrollo del partido.
Pasaban los minutos y se iba agigantando la figura del “Cordobés” Bustamante, y con él, el número de llegadas al arco para Los Andes. Durante el primer tiempo, tuvo que ser reemplazado el “Beto” Yaqué, quien sufrió una fuerte contractura y debió ceder su lugar a Juan Ignacio Acosta Cabrera. Sin embargo, esto no representó una merma en el rendimiento de los de “Fito”.
¿Hubo más llegadas? Por supuesto. En el primer tiempo hubo un centro en el que Martín golpea la pelota con la espalda y esta termina impactando en el travesaño. Ya en el segundo se dio una de ésas que solo a Los Andes le ocurren. Una jugada en la que luego de un rebote, Juan Acosta Cabrera remata venciendo al uno de Independiente, pero el balón termina siendo rechazando sobre la línea por Brusco. ¡Increíble!
¿Hubo más errores arbitrales? Mejor ni preguntar. Un penal no cobrado sobre Juan Martín y posiciones fuera de juego varias.
Parecía solo quedar tiempo para un remate espectacular de Marquitos desde media distancia que fue desviado por el uno mendocino, todo se encaminaba hacia el 0 a 0. Pero otra vez, una de esas que solo a nosotros nos ocurren. A los 46 minutos, ya cerrando el encuentro, Martín Gómez recibió una pelota cerca del área y cruzó un hermoso zurdazo contra el palo.
Parecía mentira. Era como una pesadilla. Un equipo que había llegado solo dos veces con claridad, festejó contra un Los Andes que hizo todo el gasto y los méritos.
Pero como lo indica el título, vamos bien. Es evidente que ya estamos acomodados a la categoría, y que Rodolfo encontró el equipo. Es el momento de acompañar el rendimiento con los resultados, y para eso, es indispensable la ayuda incondicional de la hinchada.
¡Vamos muchachos, llenemos el Eduardo Gallardón!, que estos muchachos están haciendo méritos como para que los alentemos.

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