domingo, 19 de octubre de 2008

¡Que proeza!

Los Andes venció a Ferro Carril Oeste por 3 a 2 ayer en el estadio Eduardo Gallardón por la onceava fecha del torneo de la B Nacional.

Los goles del mil rayitas fueron convertidos por Juan Ignacio Acosta Cabrera (68´ y 78) y Mariano Sardi (90). Por su parte, los tantos del equipo de Carlos Trullet, fueron convertidos por Vicente Monje (36) y Oscar Altamirano (62)

Tarde soleada en el Gran Buenos Aires. Como para estar en remerita y pantalón corto.
El equipo de Enrique Hrabina estaba motivadísimo y con muchísimas ganas de salir del pozo.
Cuando el hombre de negro, Javier Ruíz, hizo sonar su silbato, Los Andes demostró en el juego, que no iba a meterse atrás.
El desarrollo de los partidos de Los Andes, son como una película de esas que se ven tantas veces que parecen perder el sentido. Siempre va a atacar al rival, y algo se interpone entre la pelota y la red.
En este caso, y como en la mayoría, lo que se interpuso fueron los palos.
Ya al los 30 segundos de juego, el mejor de Los Andes, Gonzalo Bustamante, recibió un pase de Juan Martín, que había ganado la pelota por el sector izquierdo del ataque, e impactó el remate contra el travesaño del arquero Damián Grosso.
El equipo no lo podía creer, y la gente del mil rayitas menos.
De todas maneras, esto no desmotivó al equipo, que siguió yendo al frente. Tal es así, que durante los primeros 15 minutos de juego, todo era para Los Andes y Ferro no se hacía de la pelota. Esto gracias a la gran actitud colectiva, y a muy buenas performances de Bustamante, Arce, y Martín.
Justamente Martín, tuvo la segunda jugada más clara en sus pies al rematar con pierna derecha un centro enviado por Juan Ignacio Acosta Cabrera. Sin embargo, nuevamente el poste dijo que no.
Minutos más tarde, tras una serie de rebotes, Gustavo Arce remató al arco. Esta vez, quien se encargó de despejar el balón, fue Julio César Caldiero. Una de esas que solo a nosotros nos pasan.
Las miradas eran elocuentes, la gente se preguntaba si otra vez la suerte iba a jugar en contra del equipo.
¿Ferro?, si, estaba jugando. Pero recién a los 16´ tuvo una jugada de peligro. Los Andes quedó mal parado en defensa y un muy seguro y enchufado “Cubito” Cáceres debió salir lejos. Afortunadamente, fue solo un susto.
Pero después de tanto dominio y tantas jugadas irresueltas en ataque, el mil rayitas empezó a ceder terreno y a entrar en las dudas que proponía Ferro con su juego.
Los gritos de Hrabina, lograron reajustar el orden, y a los 34´ se llegó nuevamente con peligro, mediante un cabezazo de Juan Martín despejado en la línea por el equipo rival.
Desafortunadamente, en una llegada aislada, y que no parecía llevar problemas al arco local, Altamirano colocó la pelota en forma de centro pasado, y Vicente Monje cabeceó a la red. Iban 36 y el público no podía creer lo que estaba pasando.
Era algo increíble. Nadie esperaba que la apertura del marcador fuera para los de caballito. Sin embargo, Los Andes le dio la ventaja en defensa y Ferro facturó.
Para la segunda mitad, “Quique” movió las fichas y mandó al terreno de juego a Maximiliano Acosta en reemplazo de Gustavo Arce.
En los primeros minutos, el mil rayitas estuvo un poco perdido. A veces peca de ingenuo, y en otras oportunidades, la ansiedad lo hace quedar mal parado. Así fue que a los 53´ Ferro casi convierte de contra.
A los 60 ingresó Daniel Fernández por Darío Ruiz, para tratar de darle un poco más de desborde al equipo, y dos minutos más tarde, el baldazo de agua fría. Gol de Ferro de contra capitalizado por Altamirano.
Parecía la definición del juego. Los hinchas de Los Andes comenzaron con cánticos poco alentadores para el equipo, en los cuales dejaban entrever su malestar por la situación.
Nadie, ni el más fanático, podía imaginar que el partido daría un vuelco de 180 grados.
A los 68, Daniel Fernández envió un centro desde la izquierda del ataque, que Acosta Cabrera logró parar de pecho y empujar a la red.
Fue un desahogo, al menos se ponía un poco de decoro en el resultado.
El que no se conformó fue Hrabina, quien a los 76, en una demostración de coraje, envió al campo de juego a Jaime Molfeso por Julio César Caldiero y pasó a defender con tres jugadores.
Dos minutos más tarde, tras una enorme jugada de Bustamante y posterior centro de Maximiliano Acosta, Juan Acosta Cabrera entró por el fondo y convirtió de cabeza. La locura se desató en Lomas. La gente no lo podía creer. Con el panorama como venía, lograr un punto era más que suficiente.
Pero habría tiempo para algo más. Hubo muy buenas combinaciones entre Bustamente y Molfeso, quien se presentó como una muy buena opción en la creación, y mientras Ferro se dedicó a hacer tiempo, el mil rayitas continuó atacando.
¡Y un día se dio una buena para nosotros! A los 93, ya en tiempo agregado, Maximiliano Acosta envió un centro al área y Juan Martín cayó. El silbato sonó y Javier Ruiz señaló el punto del penal. Para ser sinceros, el fallo fue de dudoso para arriba, pero… por una vez que nos dan una.
Faltaba lo más importante, la concreción.
El encargado de ejecutar fue un especialista.
A cualquiera le hubieran temblado un poquito las piernas, pero con una frialdad que asusta, Mariano Sardi envió la pelota despacito a besar la red. Era una fiesta. ¡Por fin se daba una a favor!
Con ver que a más de un sentimental se le escapó alguna lágrima, uno notaba la magnitud de la proeza.
Costó pero se logró, ¡y vaya si se disfrutó!
Once partidos para conseguir los tres puntos, pero cuando las cosas cuestan, se festejan el doble.
Ahora se viene Aldosivi. Un rival que en los papeles está lejos, pero ¿quién le va a sacar las esperanzas a este grupo de jugadores después de la hazaña que hicieron?
Vamos hincha mil rayitas, que este fue el puntapié de los triunfos. Ahora a visitar al equipo marplatense, y a reventar el Eduardo Gallardón contra Talleres.

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