martes, 7 de octubre de 2008

Puntito en la tabla, puntazo en lo anímico.

Los Andes y Atlético de Tucumán igualaron 1 a 1 en el partido disputado el pasado sábado por la novena fecha del torneo de la primera B Nacional.

Fue una tarde de esas molestas. A la sombra hacía frió, pero al sol uno se asaba. La nueva era que comenzaba oficial y activamente en Los Andes, representaba una luz que se encendía en la oscuridad de la esperanza de un golpeado público mil rayitas.
El ciclo Enrique “quique” Hrabina, estaba en marcha.
¡Y qué poco se maneja el fútbol con eso de la lógica y el rendimiento! Por que Los Andes hizo un buen partido, generó y armó juego, demostrando ser superior al equipo tucumano. Pero estuvo lejos de los rendimientos alcanzados en otros encuentros en los cuales la superioridad era abrumadora. Desgraciadamente, esa superioridad, nunca se plasmó en los resultados.
En esta oportunidad, habiendo hecho un partido discreto, sin ser apabullante, consiguió un punto.
Evidentemente, el fútbol, no tiene lógica. De tenerla, Los Andes estaría mucho más arriba de lo que se encuentra actualmente.
Ya a los 7 del primer tiempo, Gonzalo Bustamante había impactado una pelota en el palo derecho del guardameta tucumano. El mil rayitas había salido a matar o morir. Pero a los 29, como siempre, una llegada un tanto fortuita de Atlético terminó en gol para la visita.
Los Andes no bajó los brazos y fue en búsqueda del empate, pero vio frustrada su chance de gol en la cabeza de Javier Páez, quien cuando una pelota picada por Juan Martín se encaminaba directo a la red, despejó de cabeza el corner.
El segundo tiempo fue parejo, pocas llegadas de Atlético Tucumán, más que nada con remates desde media distancia, y algunas bastante claras para Los Andes. Las más importantes estuvieron en los pies de Martín, quien en una quiso picar el balón por sobre el arquero, y no lo logró, y en otra, no llegó a empujar la pelota para encontrar el empate.
Todo se encaminaba para una nueva derrota. Sin embargo, ya cuando faltaba poco y nada, a los 48 minutos, Gonzalo Bustamante clavó la pelota en el ángulo de tiro libre, para hacer festejar a todo el pueblo mil rayitas.
Como dijimos, en la tabla, solo es un punto, pero en lo anímico, esto sirve y mucho.

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