viernes, 5 de diciembre de 2008

Partidazo en Rafaela, igualdad y punto que suma.

Atlético de Rafaela y Los Andes igualaron 3 a 3 en la noche de ayer por la decimoctava fecha del torneo de la B Nacional.

Los Andes tiene esa buena costumbre, en las paradas bravas, saca pecho y suele caer parado.
A esta altura no llama la atención que los equipos que están en la vanguardia del certamen no quieran enfrentarse con el Mil Rayitas.
Para intentar recuperar la punta del campeonato que hasta el momento ostenta Chacarita, Marcelo Fuentes envió al terreno de juego a Guillermo Sara; Fabricio Fontanini, Oscar Carniello, Martín Zbrum; Esteban Gil, Sergio Zanabria, Jorge Ribolzi, Fernando Cravero; Fernando Merlo; Fernando Zampedri y Santiago Malano.
Por su parte, “Quique” Hrabina dispuso la siguiente alineación: Walter Cáceres; Cristian Vega, Patricio Grgona, Javier Bergés, Matías Maidana; Maximiliano Acosta, Nicolás Foglia, Marcos Brítez Ojeda, Elvio Fredrich; Gonzalo Bustamante; y Juan Martín.
Los Andes, fiel a su costumbre, arrancó dominando las acciones del juego. No era punzante y no llegaba a zona de definición, pero tenía más la pelota y demostraba más ambición que Rafaela. Sin embargo, la primera de peligro fue para el local, ya que a pocos minutos de comenzado el encuentro, un cabezazo encontró bien parado a Walter Cáceres. Los errores defensivos fueron una constante en las dos áreas. Los Andes debe corregir las notorias falencias en defensa cada vez que hay una pelota parada a favor del rival.
A los 12 minutos y demostrando que no se trató de una casualidad los dos goles anotados ante San Martín en Cuyo, Juan Martín despistó a la defensa de “La Crema” con un movimiento en el área, y conectó un cabezazo de palomita para poner el 1 a 0. Bien “Grandote”, no solo se te abrió el arco, sino que a demás estas siendo mucho más solidario con el equipo.
El Mil Rayitas, a partir de ese momento se tranquilizó, e hizo mover la pelota de banda a banda, para despistar al rival. Hubo muy buenas combinaciones entre Marcos Brítes Ojeda, Juan Martín y Gonzalo Bustamante, que invitaban a soñar con el aumento rápido de la cuota de gol. No obstante, a los 16´, el “conejo” Bergés quiso hacer una de Beckenbauer tomando la lanza y saliendo a todo galope desde el fondo. Y le salió bastante bien hasta que se enfrentó con la defensa de Rafaela, que le quitó la pelota y en dos toques aprovechó el hueco que dejó en el fondo Javier, para que zampedri fusilara a Cáceres, que no tuvo nada que hacer.
Pero el Mil Rayitas no se desesperó. Siguió hilvanando jugada tras jugada en ataque para ir por la victoria. Afortunadamente, a los 21´ recuperó la ventaja con un cabezazo de Patricio Grgona, quien sorprendió a la defensa local entrando por el fondo mientras todos se peleaban en el área. El “pato” no solo retornó a la titularidad, sino que se anotó con un gol. Para destacar, el buen centro enviado por Elvio Fredrich.
Los Andes siguió siendo el dominador durante largo rato, pero a los 39´, casi como un presagio de que se venía la noche, Cáceres sacó una pelota de tiro libre imposible. La defensa de Lomas estaba desconcertada, y dejó que le cabecearan en el área varias veces.
Cuando parecía que nos íbamos a ir al descanso tranquilos, con una ventaja en el marcador, se igualaron las acciones. A los 46´ Santiago Malano recibió un pase en profundidad y remató de arrastron para hacer lucirse a “Cubito”, pero el rebote fue capitalizado por Fernando Cravero, quien disparó sin resistencia. Todo Los Andes se había quedado reclamando una posición adelantada.
Sobre el final, hubo piñas en el estadio Monumental de Rafaela. Al parecer, Fontanini se enojó con Gonzalo Bustamante y reaccionó por que "el cordobés" lo envistió cuando la primera etapa estaba concluída. Fredrich fue el primero en sumarse a la gresca, y a partír de allí todo se tornó caótico.
Cuando las aguas bajaron, todos se fueron a los vestuarios.
Quienes no volvieron al terreno de juego por expulsión fueron Fredrich y Fontanini.
A veces a los jugadores, como se dice vulgarmente, se les sale la cadena. Sin embargo, este no es un hecho risible, sino reprobable. Ellos desde adentro deben dar el ejemplo.
Ya 10 contra 10, se hizo necesario cambiar en los esquemas de juego. Rafaela comenzó el partido con una defensa en línea con tres hombres, pero al sufrir la expulsión de uno de sus marcadores, Marcelo Fuentes hizo ingresar al defensor Diego Mengui, y sacó del equipo a su número diez, Fernando Merlo.
La Crema salió con más verticalidad a jugar los segundos 45 minutos, y puso en varias oportunidades a sus delanteros en posición de gol, pero por fortuna, siempre encontraron la respuesta efectiva de "Cubito" Cáceres.
A los 13´, Nicolás Foglia, que estaba para la contención, salió del equipo para cederle su puesto a Darío Ruiz. Claro, el creativo de Rafaela ya no estaba, y seguían defendiendo con tres.
Pero hay cosas que no se pueden prever. A los 14´, una vez más Cravero, encontró una pelota despejada por Patricio Grgona, y de media vuelta clavó la pelota por sobre el cuerpo de Walter. Un golazo.
A barajar y dar de nuevo. Los Andes se encontraba por primera vez abajo en el marcador.
Tras una buena triangulación entre Marcos, Juan y Gonzalo, este último inventó un foul a las orillas del área. Hasta el momento los tiros libres los había ejecutado Gonzalo, pero el "cordobés" no estaba inspirado con los remates, asi que Marquitos se hizo cargo. El arquero de Rafaela Guillermo Sara, todavía debe estar volando. Golazo de Marcos, que parece que siempre que hace un gol tiene que ser espectacular. Remate inapelable al ángulo izquierdo del arquero.
“Quique” quiso ir por más, y envió al terreno de juego a Juan Ignacio Acosta Cabrera por Maximiliano Acosta, quien estaba agotadísimo. Y casi le sale bien, ya que el delantero paraguayo tuvo dos muy buenas para liquidar el pleito, pero no pudo definir bien.
Así se fue el partido. Este punto sirve y mucho. En realidad, servirá.
Hoy parece poco, pero si se ratifica consiguiendo los tres de local frente a Tiro Federal, estaremos bien parados de cara a la segunda rueda que se viene.
¡vamos Mil rayitas, que nos tenemos que quedar!

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